Pliegues


Los pliegues se originan por esfuerzos de compresión sobre las rocas que no llegan a romperlas; en cambio, cuando sí lo hacen, se forman las llamadas fallas.


I

A veces estamos rodeados de cuerpos, formas y colores, pero todavía nos sentimos solos. Esta nueva forma de soledad es mucho más penetrante y triste que la antigua soledad. La vieja soledad por lo menos llega vestida de esperanza, tranquila como la muerte, profunda y vacía.

II

A veces no podemos salir o no queremos salir, pero sabemos que nuestra morada carece de paredes o techo. Golpeamos esos bloques de nada con fuerzas tibias, cómplices de nuestro propio fracaso, y nos quedamos adentro jugando una interminable partida de damas contra el miedo.

III

A veces la verdad no duele tanto, ni tan poco. Deseamos muchas veces la fatalidad antes que la duda, deseamos que todo termine.
Arrodillados ante el verdugo, esperando que arranque junto con nuestras cabezas el veneno de la incertidumbre, cerramos los ojos, y disfrutamos el instante. El verdugo en vez de purificarnos con el acero, deja caer su mascara, y vemos el hermoso rostro de una muchacha. Ya lo sabemos. Viviremos una noche más.

IV

Heraldos interesados en cambiar el mundo, en parar las guerras, en azotar el hambre, en romper las cadenas y desafiar a los vientos: tomen este voto sabiendo que sólo serán un pliegue más en la historia de la humanidad, quizás un pliegue que nunca será leído.
Al aceptar esto, sepan que desde este momento vagarán con un pie en el infierno, uno en la tierra y la cabeza en el altísimo cielo. Arrastrando una espada sin filo, buscando un dragón que no existe, esperando la muerte.



Comentarios

Anónimo dijo…
FRANQUIN...QUE LE PUEDO DECIR SEÑOR...
USTED SI QUE SE INSPIRA!!! JAJA
TE KIERO BOBI...BSS Y NOS VEMOS...

=)

MELI

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