Demonios
I
Dicen que si uno pone un vaso lleno al pie de la cama antes de dormir, los demonios entran al vaso, y quedan atrapados en la viscosidad del agua. No creo que los míos sean tan estúpidos. Sin embargo, cada mañana bebo el vaso hasta la última gota, por las dudas alguno haya quedado atrapado. Son mis demonios, me pertenecen, y yo les pertenezco. No los dejaré morir.
II
II
Siento como se abren paso a través de mi carne y mis huesos, como nadan en mi sangre y golpean las paredes de mi garganta para salir. Arañan mis vértebras y se aferran a mi espina, sin embargo, no los dejaré salir. No esta noche, no en este lugar.
III
A veces ellos toman el control, revuelven mi vientre y se apoderan de mis dedos. Rasgan las cuerdas con sus arrojos de ira, y la gente piensa que soy yo, -¿Qué son esas melodías? me preguntan. -No se, contesto, aunque no me atrevo a decirles que no soy yo quien está tocando. El clima es perfecto.
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