Una de barcos


Un pequeño barco zarpó de un puerto ya olvidado. El capitán escoltaba a sus escasos tripulantes: un científico, un escritor, un hombre rico y un monje.
Navegando por algún mar, el casco sufrió una herida, el agua comenzó a colarse rápidamente. El capitán tomo cuatro cubetas y ordenó a los pasajeros que sacaran el agua, él se ocuparía del timón y las velas.
El científico argumentó que era débil para las tareas manuales, pero podía calcular la probabilidad de naufragio, teniendo en cuenta el volumen de líquido que ingresaba al barco, la velocidad de acumulación y el índice de vaciamiento de una cubeta. El escritor se maravilló con la aventura y decidió documentarla en tiempo real para que todos conozcan la hazaña de la que fue participe. El hombre rico, indignado, se sentó de brazos cruzados, refunfuñando que él había pagado mucho dinero por el viaje y que no recibiría ordenes de nadie. El monje adjudicó que todo era imperecedero, que el barco, el agua y las cubetas, seguirían su curso natural, y se sentó a meditar en la popa.
Tiempo después, encontraron una botella con una nota húmeda, que decía: Auxilio, Nos hundimos.


NOTA: Las posturas de los personajes del cuento son absolutamente extremas y estúpidas. Aunque, a decir verdad, ¿Cuántas veces hemos naufragado por nuestra propia desidia?

Comentarios

Anónimo dijo…
ay!!
Sofía dijo…
Bien. Sí. El rico no podía actuar de otra manera...
Seguí así franquito, que me encanta.
Un beso enorme.
Panóptico dijo…
¿Tan malo es naufragar?
Diego López dijo…
ja! he sido así de estúpido.
se mantiene, se mantiene en bueno este blog
Carolina dijo…
"Zapatero a tu zapato", como dice esta frase, cada quien se preocupó más de lo que podía hacer en lugar de juntar sus fuerzas y salvarse..
eso es lo que nos pasa a todos, olvidamos que podemos ser un verdadero equipo juntando nuestras capacidades...
Saludos
¿cuantas veces? no se, pero puedo decir que cada vez son menos :)

sigue así... me encanta todo lo que escribes.

besitos
trágico y aún más trágico cuando lo hacemos por la desidia de los demás...
Pame... dijo…
Siempre... los naufragios representan nuestra agua al cuello... y egoistamente olvidamos que también, la misma agua... está llegando al cuello de otros!..
Excelente Fran...
Excelente...
Gracias por compartirte...
Da la impresión de que cada vez más el hombre usa de salvavidas su comodidad... Lo que no sabe es que esta es un frágil recurso conformado a costa de pedacitos y pedacitos de sacrificios de los demás hombres.
Muy buena la historia para repensarse...

De Oscar Wilde no he leido así extensamente, aunque me gusta mucho. Los cuentos son increíbles, como:El fantasma de Canterville (espectacular), El príncipe felíz, El gigante egoista...
Me gustó mucho la Balada de la cárcel de Reading...
Ya voy a publicar otros cuentos.

Besos
Anónimo dijo…
es el miedo a quedarce BARADOS!
Aguabella dijo…
FRANCO
que verdad es lo que dices.
hay un refran que dice:
Por unos y por otros la casa sin barrer.
Asi les pasó cada uno en su postura y el barco a pique.
besos
lucas ignacio dijo…
espero que nos sirva la moraleja para arreglar los defectos

Entradas más populares de este blog

El ladrón de máscaras

Errante

Asedio fallido al castillo del miedo