Dar el asiento
En un primer paso al nirvana, uno se da cuenta que ir parado o sentado en el colectivo, es lo mismo. Un detalle menor, en un momento superfluo, dentro de la vida de una persona. Nunca será recordado significativamente, ni tiene un fin mayor, que la satisfacción sensorial inmediata.
Talvez, entre el metal, el plástico, el aire denso y húmedo, la sensación de hacinamiento, uno puede llegar a preocuparse, estar tenso o hasta discutir con otra persona, para conseguir un preciado asiento. Mirar de reojo si alguien se esta por levantar, acelerar rápidamente a la parte trasera para asegurar un perpetuo viaje sentado, quejarse, caminar de un lado a otro resoplando, son algunas de las conductas que genera una larga y paranoica búsqueda infructífera.
A los pocos minutos de haber descendido, ya dirigiéndose hacia el destino en cuestión, el desgaste psicológico, generado por la minúscula, pero obsesiva batalla es olvidado. Los restos de stress, se acumulan en el subconsciente y reaparecen en el siguiente viaje, donde el sujeto se desquicia con la frase “siempre me toca ir parado, por que, por que, bla bla bla”.
En definitiva, sentarse o no, es lo mismo. Lo importante es ir tranquilo, relajado y no ocupado en asuntos que corresponden, y deberían preocupar, a otras partes del cuerpo.
Anecdóticamente, es mas fácil descubrir lo inútil e improductivo de esta guerra psicológica, cuando uno yace victorioso y cómodamente sentado. Muy pocos lo han descubierto desde la verticalidad, aferrados de los pasamanos.
Si uno se pone a observar, pueden distinguirse pasajeros, en un estado de omnisciencia, erguidos y felices, ofreciendo su lugar a potenciales iluminados. Sin duda, estos enigmáticos personajes no son los más frecuentes.
Talvez, entre el metal, el plástico, el aire denso y húmedo, la sensación de hacinamiento, uno puede llegar a preocuparse, estar tenso o hasta discutir con otra persona, para conseguir un preciado asiento. Mirar de reojo si alguien se esta por levantar, acelerar rápidamente a la parte trasera para asegurar un perpetuo viaje sentado, quejarse, caminar de un lado a otro resoplando, son algunas de las conductas que genera una larga y paranoica búsqueda infructífera.
A los pocos minutos de haber descendido, ya dirigiéndose hacia el destino en cuestión, el desgaste psicológico, generado por la minúscula, pero obsesiva batalla es olvidado. Los restos de stress, se acumulan en el subconsciente y reaparecen en el siguiente viaje, donde el sujeto se desquicia con la frase “siempre me toca ir parado, por que, por que, bla bla bla”.
En definitiva, sentarse o no, es lo mismo. Lo importante es ir tranquilo, relajado y no ocupado en asuntos que corresponden, y deberían preocupar, a otras partes del cuerpo.
Anecdóticamente, es mas fácil descubrir lo inútil e improductivo de esta guerra psicológica, cuando uno yace victorioso y cómodamente sentado. Muy pocos lo han descubierto desde la verticalidad, aferrados de los pasamanos.
Si uno se pone a observar, pueden distinguirse pasajeros, en un estado de omnisciencia, erguidos y felices, ofreciendo su lugar a potenciales iluminados. Sin duda, estos enigmáticos personajes no son los más frecuentes.
Comentarios
Un fuerte abrazo!
Ojalá todos hiciéramos el ejercicio diario de buscar la sabiduría de lo simple, de lo mundano que esconde todo lo realmente importante, lo fundamental.
Admiro como alrededor de un eje o tema tan sencillo y cotidiano recreás cuestiones tan complejas e internas,implíscitas... más ese plus de tu filosofía inevitable.
Besos
Qué bueno volver a leerte.
que tengas un gran domingo, aunque haga mucho frío.
Saludos.
PD:alto comentario el que me dejaste, che! Un mini-escrito. :P
O directamente abordaba a la persona mas joven sentada en los "reservados" y se lo pedia... ah que no?
de todas formas, entre para felicitarte por tu carta abierta en el blog de teletubbi
muy beuna realmente!
Saludos y salud!
He viajado con mi hija embarazadisima de siete meses, nuestro destino era precisamente el Hospital por una subida de azucar, puedes creerte que la gente miraba hacia otro lado haciéndose el loco para no cederla un asiento?
tan solo una chica jovencita que se dió cuenta la llamó con señales de mano para que se sentase.
en los bus de mi pais hay asientos reservados para ancianos,y embarazadas, estaban ocupados por gente que no tenia este perfil.
Un besito
pero siempre cedo el asiento cuando hay alguien mayor, yo creo que este tema aparte de la neurosis general y de la lucha por un asiento, se trata de respeto por los demás y de ser un poquito mejor persona en algo que como tu dices, no nos va a causar ningun daño, hay que ver hasta que punto puede llegar el egoismo...
hablando de otra cosa.. yo siempre voy a llevar bien alto el estandarte de los sueños, porque si bien nunca me van a alimentar, al menos me van a hacer feliz..
espero que tengas un bonito día y que vuelvas pronto con otra de tus obras maestras ;)
un abrazo
Yo soy un caballero a quien su madre le enseño que hay que ceder el asiento :)
(asique puedo criticar a los demas jeje)
Abrazo.
y mucho mas cuando el viaje es para largo,y ps cuando estoy sentada, solo le doy el puesto, a alguien que sea merecedor, osea un niño o un anciano ,o una mujer embarazada de resto ni mmmmm
me entretengo mas pensando ,y mirando mi alrededor así llega mas rápido al destino...
un saludo
muy bueno como siempre....
Aqui estoy de nuevo, gracias por cuidar de mi blog en mi ausencia, realmente se agradece..
Con esto de los Coles aca en Baradero recien hace muy poco que volvieron los cole de linea, y como toda situacion reciente la gente va con sonrisas en el rostro...ya veremos que pasa con los asientos...
Saludos!!
Gracias por pasarte ^^ es verdad, L era un groso ;_;
Y sinceramente veo naruto 20 minutos por mes xD Es que hace un monton que me quede colgada, me quede en el relleno (si, quiero ver el relleno)
En fin, me encanto tu blog y la manera en que escribis ^^ Saludos!
como para que la proxima vez se levante solo y quede bien.
se lo copio a mi vieja que siempre hace eso y dice que todos los que andamos con los mp3 somos unos autistas.
Un saludo
Jesús
Atentamente, Jose