Hidra
Hoy en día se nos trata de convencer que los héroes no existen. La principal diferencia entre las garras del tigre y la inteligencia del hombre es muy evidente. Si un tigre no utiliza sus garras, muere de hambre. En cambio, si un hombre no utiliza su principal capacidad natural, su inteligencia; un segundo hombre -inteligente y ambicioso- pondrá la voluntad del primero a su servicio. Este primer hombre, transmuta en una herramienta, en una simple extensión de la mano del hombre ambicioso. Sería un acto muy noble, si todas las personas que afirman «no me gusta pensar demasiado» revirtieran su condición, tan solo para que la mano del hombre ambicioso no se convierta en una hidra, que devore sin piedad, a los últimos hombres libres.