Tierra de Agua

Algunos veranos, en un punto alejado de la ciudad, aparece un pueblo olvidado por los fabricantes de mapas y los chóferes de satélites. El lugar nunca ocupa dos años en el mismo sitio, y es tan pequeño que quienes lo buscan, rara vez lo encuentran. Su paisaje es sutil a simple vista, por lo que puede pasar desapercibido a los ojos de buscadores distraídos y turistas de aventura.
En esa tierra las tardes son siempre soleadas, las noches frías y el tiempo parece seguir un capricho impredecible, entre las 12 del día y las 4 de la tarde, cada hora corre como si fueran dos o tres. Siempre puede escucharse el sonido de una guitarra a lo lejos y es bien sabido que los partidos de truco allí pueden extenderse durante varios días y noches sin interrupciones. Cuenta una leyenda que, en una de las casas, vive un hombre que logro engañar a la muerte, luego de ganarle un falta envido con 33 de mano.
Científicos extranjeros explican que en la montaña, las personas se sienten libres bajo efecto de las nubes que vuelan bajo, por lo tanto están mas cerca de sus sueños. Los viejos curas de la capilla, por otra parte, afirman, que el pueblo es una porción del cielo, que baja como un presagio del paraíso que nos espera.
El lugar ha tenido muchos nombres, cada vez que aparece, utiliza un seudónimo distinto, para evitar que viejos visitantes regresen monótonamente.
Nadie puede explicar el significado de las fuerzas que rigen su volatilidad. Sin embargo, he logrado anotar algunas, cuando este valle me encontró, transitando un camino de tierra, sin nada que perder.I

Las historias allí vividas son tan particulares e intensas, que relatarlas sería inútil. Pueden parecer aburridas para los extranjeros y las palabras no logran expresar bien los climas templados, los infinitos verdes, las lunas rosadas y los choques culturales en tardes de mates, bajo la sombra de una cascada.

II

Las fuerzas que rigen ese lugar siempre roban algún recuerdo valioso de cada uno de sus inquilinos. Desde un reloj, un collar o un par de guantes, hasta un novia, amante o amigo.

III

Quien quiera llevarse algo de ese lugar, estará condenado a un largo y profundo sufrimiento. Puede parecer extraño pero ni el agua, ni los frutos, ni los sentimientos, son los mismos fuera del misterioso pueblo, donde la felicidad comienza con el primer respiro y termina con el último.

IV

Es imposible regresar. Aunque esa sea más una particularidad de la vida, que del pueblo.


Los buscadores de tesoros muchas veces han fracasado en encontrar el sitio entre las nubes, sin embargo, quienes han sido niños y adolescentes, seguramente estarán recordando en estos momentos, haber pisado su tierra y bebido de sus mágicas aguas.